viernes, 3 de agosto de 2007
1. Atrapados en el ascensor
2. Jota Jota
3. El poderoso influjo de la luna
4. El sangriento final de Bobby Johnson
5. Perestroika
6. El sueño de una noche de primavera
7. El arzobispo Makarios
8. Tú me induces al mal
9. Moda y meditación
10. C.A.M.P.
11. Nena, quiero estar contigo
12. El balneario
33,9 Megas - 128 Kbps - Mp3 - Carátula Frontal
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Un Pingüino en mi ascensor es un duo formado por:
José Luis Moro: voz, teclados
Mario Gil: teclados, guitarra, programaciones, voz
Pero no siempre fue así.
Todo comenzó como el experimento individual de José Luis Moro Valentín-Gamazo (Madrid, 1.965). Este sujeto empezó a escribir canciones a principios de los años 80, impulsado por su devoción por los grupos de la nueva ola madrileña que se iniciaban en aquellos años: Alaska y los pegamoides, Los Nikis, El aviador Dro y sus obreros especializados, Paraíso, Nacha pop, Derribos Arias, Mamá,...
La idea inicial de José Luis era montar un grupo. De hecho llegó a juntarse para ensayar con algunos amigos del colegio como Emilio García García y Carlos Aguirre. Pero aquellos torpes intentos no dieron resultado. Así que finalmente nuestro hombre decidió montárselo sólo, valiéndose de un órgano portátil con ritmos, de esos que tan buenos resultados darían más tarde a los gitanos y sus cabras.
La primera aparición pública de Un pingüino en mi ascensor se produce en 1.985. En el mes de julio de ese año, José Luis Moro (Madrid, 1.965) aprovechando la ausencia de sus padres, convoca a sus amigos en casa para presentarles sus obras. Acababa de cumplir 20 años e iba a empezar 3º de derecho. Para la ocasión, decidió bautizarse como “El pingüino esmeralda”, nombre que nacía de uno de los temas del repertorio, que no era otro que un cover del jingle del anuncio de una marca de lanas, que se llamaba precisamente Pingüin esmeralda. Tocó doce canciones, ayudado por un órgano-mueble, como los que las amas de casa norteamericanas emplean cada navidad para canturrear villancicos patrióticos.
A la vista de la calurosa acogida de aquel primer concierto no olvidemos que el público eran amigos y familiares y que el anfitrión convidaba a cerveza éste decidió seguir componiendo en la soledad de su habitación. En marzo de 1.986 se presenta, ya como “Un pingüino en mi ascensor”, nombre que, aclarémoslo de una vez por todas, no tiene ningún tipo de explicación racional, al Concurso de pop-rock Villa de Madrid, clasificándose para semifinales. Tal vez el hecho de ver a un tipo sólo con un teclado debió influir en un jurado harto de grupos en su mayoría clónicos. Precisamente en aquel jurado, el Pingüino encontró algún fan incondicional, como Alberto Zapata, que luego le llamaría para grabar una maqueta en los estudios de Radiocadena española.
En diciembre de ese mismo año, convencido por su amigo Nacho Latorre, José Luis envía una maqueta a un concurso organizado por un programa de Onda Madrid, la emisora de radio de la Comunidad de Madrid. En enero de 1.987, Andrés Rodríguez, responsable de aquel programa, llega a un acuerdo con la compañía DRO para editar el primer mini-LP de Un pingüino en mi ascensor. El disco se graba en 18 horas. Son seis canciones, y el único instrumento utilizado es un teclado estilo casiotone. En mayo de 1.987 se publica el disco, con “Espiando a mi vecina” como primer single. Luego vendrían “Juegas con mi corazón” y “El sendero luminoso me persigue sin reposo”
La promoción es mínima, y sin embargo el disco se vende. Así que al año siguiente, DRO ofrece al Pingüino grabar un nuevo LP. Se decide mejorar un poco el sonido, para lo cual la compañía propone un productor. Se barajan dos nombres: Ariel Roth, exTequila y futuro Rodríguez, y Mario Gil, que había militado en Paraíso y La mode. Finalmente, se opta por el segundo. Así nace “El balneario”, que se publica en mayo de 1.988. “Atrapados en el ascensor” es el primer single. Luego aparecen “Perestroika” y “El balneario”. Y también nace la amistad entre José Luis y Mario, que poco a poco se iría involucrando más y más en el proyecto Pingüino.
En verano de 1.988, el pingüino se va de gira. Es entonces cuando adopta a “las pingüinettes”, un grupo de tres chicas que le acompañan en sus actuaciones con jubilosos bailes. Para buscarlas no haría falta un casting. Fiel al espíritu amateur de Un pingüino en mi ascensor, José Luis ofrece el trabajo a sus tres mejores amigas.
La idea inicial de José Luis era montar un grupo. De hecho llegó a juntarse para ensayar con algunos amigos del colegio como Emilio García García y Carlos Aguirre. Pero aquellos torpes intentos no dieron resultado. Así que finalmente nuestro hombre decidió montárselo sólo, valiéndose de un órgano portátil con ritmos, de esos que tan buenos resultados darían más tarde a los gitanos y sus cabras.
La primera aparición pública de Un pingüino en mi ascensor se produce en 1.985. En el mes de julio de ese año, José Luis Moro (Madrid, 1.965) aprovechando la ausencia de sus padres, convoca a sus amigos en casa para presentarles sus obras. Acababa de cumplir 20 años e iba a empezar 3º de derecho. Para la ocasión, decidió bautizarse como “El pingüino esmeralda”, nombre que nacía de uno de los temas del repertorio, que no era otro que un cover del jingle del anuncio de una marca de lanas, que se llamaba precisamente Pingüin esmeralda. Tocó doce canciones, ayudado por un órgano-mueble, como los que las amas de casa norteamericanas emplean cada navidad para canturrear villancicos patrióticos.
A la vista de la calurosa acogida de aquel primer concierto no olvidemos que el público eran amigos y familiares y que el anfitrión convidaba a cerveza éste decidió seguir componiendo en la soledad de su habitación. En marzo de 1.986 se presenta, ya como “Un pingüino en mi ascensor”, nombre que, aclarémoslo de una vez por todas, no tiene ningún tipo de explicación racional, al Concurso de pop-rock Villa de Madrid, clasificándose para semifinales. Tal vez el hecho de ver a un tipo sólo con un teclado debió influir en un jurado harto de grupos en su mayoría clónicos. Precisamente en aquel jurado, el Pingüino encontró algún fan incondicional, como Alberto Zapata, que luego le llamaría para grabar una maqueta en los estudios de Radiocadena española.
En diciembre de ese mismo año, convencido por su amigo Nacho Latorre, José Luis envía una maqueta a un concurso organizado por un programa de Onda Madrid, la emisora de radio de la Comunidad de Madrid. En enero de 1.987, Andrés Rodríguez, responsable de aquel programa, llega a un acuerdo con la compañía DRO para editar el primer mini-LP de Un pingüino en mi ascensor. El disco se graba en 18 horas. Son seis canciones, y el único instrumento utilizado es un teclado estilo casiotone. En mayo de 1.987 se publica el disco, con “Espiando a mi vecina” como primer single. Luego vendrían “Juegas con mi corazón” y “El sendero luminoso me persigue sin reposo”
La promoción es mínima, y sin embargo el disco se vende. Así que al año siguiente, DRO ofrece al Pingüino grabar un nuevo LP. Se decide mejorar un poco el sonido, para lo cual la compañía propone un productor. Se barajan dos nombres: Ariel Roth, exTequila y futuro Rodríguez, y Mario Gil, que había militado en Paraíso y La mode. Finalmente, se opta por el segundo. Así nace “El balneario”, que se publica en mayo de 1.988. “Atrapados en el ascensor” es el primer single. Luego aparecen “Perestroika” y “El balneario”. Y también nace la amistad entre José Luis y Mario, que poco a poco se iría involucrando más y más en el proyecto Pingüino.
En verano de 1.988, el pingüino se va de gira. Es entonces cuando adopta a “las pingüinettes”, un grupo de tres chicas que le acompañan en sus actuaciones con jubilosos bailes. Para buscarlas no haría falta un casting. Fiel al espíritu amateur de Un pingüino en mi ascensor, José Luis ofrece el trabajo a sus tres mejores amigas.
Quizas el nombre de Mario Gil,
no os diga nada pero puede que lo
recordeis como el calvito gordo
y gafotas de sonido y teclados de
"el informal" con quienFlo y miki
se metian en muchos programas.
no os diga nada pero puede que lo
recordeis como el calvito gordo
y gafotas de sonido y teclados de
"el informal" con quienFlo y miki
se metian en muchos programas.
Aqui os dejo un tema inédito de Un pinguino en mi ascensor, muestra del sentido del humor y desenfado de este duo. In The Army Now, los Status Quo Viven!!!
1 comentarios:
Genial!va para abajo!Gracias mary
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